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4.2. LA TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS
La teoría de la tectónica de placas, que ha reactualizado
y explica la génesis de la teoría de Wegener,
parte de la idea de que la superficie terrestre, la
litosfera o parte más externa de la Tierra, está constituida
por placas rígidas que se mueven flotando por encima de una
zona de materiales plásticos en el manto superior,
denominada astenosfera. Los
movimientos de las placas litosféricas
rígidas se producen debido a las corrientes de convección
existentes en el manto y explican los orógenos
y otros fenómenos geológicos, como la actividad sísmica y
volcánica, que se producen en los límites o bordes de las
placas.

Se han individualizado ocho grandes placas litosféricas:
placa africana, que comprende la casi totalidad del
continente africano; placa euroasiática, esencialmente
continental, pero que también engloba parte del Atlántico
norte; placa norteamericana, que comprende América del Norte
y parte del Atlántico norte; placa sudamericana, que
comprende América del Sur y la parte occidental del
Atlántico sur; placa del Antártico, con parte continental y
parte oceánica; placa indoaustraliana,
que comprende Australia y el Noreste del océano Índico;
placa del Pacífico meridional, enteramente oceánica; placa
del Pacífico septentrional, también completamente oceánica.
Algunas de estas placas, al ser estudiadas con detalle, se
subdividen en placas secundarias de menores dimensiones,
pero cuya existencia sirve para explicar la tectónica de
ciertas zonas.

Existen los siguientes tipos de límites entre las placas
litosféricas: bordes
constructivos, bordes destructivos, zonas de colisión y
bordes pasivos.


A) Los bordes constructivos o zonas de expansión
Se sitúan en las dorsales oceánicas y en los rift
continentales, como por ejemplo en el Rift Valley
en África y en la dorsal atlántica. La actividad volcánica
que se produce en estas zonas, como consecuencia de su
divergencia, determina la formación de nueva corteza
oceánica y provoca el ensanchamiento de los fondos oceánicos
y la separación progresiva de las placas adyacentes.
Estudios paleomagnéticos y
de datación de sedimentos marinos han permitido estimar la
velocidad de este ensanchamiento, que en el Atlántico es de
unos dos centímetros anuales.
B) Los bordes destructivos o zonas de subducción
Son los lugares de colisión entre las placas oceánicas y
continentales, donde la corteza oceánica comienza a hundirse
debajo de la continental debido a que es más liviana y de
menor grosor. Esta penetración, denominada subducción,
produce un rozamiento que genera fuertes terremotos y
vulcanismo allí donde ascienden parte de los materiales
fundidos provenientes de la litosfera subducida,
formándose cadenas montañosas como la cordillera los Andes.
Si la colisión se produce entre dos placas oceánicas una de
ellas subduce por debajo de la
otra, formándose arcos insulares y grandes fosas abisales.
C) Las zonas de colisión
Cuando la convergencia de dos placas provoca el
acercamiento de dos formaciones continentales se produce una
fuerte colisión que tiene como consecuencia el plegamiento
muy acusado de los sedimentos acumulados entre ambas y
deformaciones muy intensas de sus bordes. Así, por ejemplo,
la formación del Himalaya fue debida a la colisión de la
masa continental del subcontinente indio contra el margen
meridional de la gran placa euroasiática.

D) Los bordes pasivos o fallas transformantes
Son límites de placas donde la litosfera no se crea ni se
destruye, sino que se produce un movimiento horizontal
paralelo al límite de placas, originándose un roce que
genera sismos. Ejemplos de este tipo de bordes son las
fallas transformantes de las dorsales oceánicas y la falla
de San Andrés en California.

©
Jesús A. Manzaneque Casero
Profesor
de Educación Secundaria
I.E.S.
Isabel Martínez Buendía
Pedro
Muñoz (Ciudad Real)
ESPAÑA
jmac0005@almez.pntic.mec.es
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